En víspera de Navidad 2020

En víspera de Navidad 2020.

Dedicado a las mujeres y hombres de buena voluntad, especialmente a nuestros héroes de la salud.

Cierta vez viendo una película escuché decir a un profesional de la psicología que, por regla general, en la vida unos pocos días son de mucha alegría, celebración y felicidad; otros pocos pueden ser de dolor, sufrimiento e incluso tragedia; mientras que la mayoría serán, por fortuna, días normales. Del mismo modo podemos clasificar a meses y también años, siempre desde nuestro particular modo de percibir la realidad. 

Con total certeza el año 2020 figurará de manera singular en la historia de la civilización contemporánea. Como lo expresó en sus redes sociales el filósofo francés Edgar Morin, “la crisis de la Covid-19 es en cierto sentido una crisis de una concepción de la modernidad basada en la idea de que el destino del hombre era dominar la naturaleza y convertirse en el amo del mundo”. En ese sentido, el rostro vulnerable de nuestras sociedades ha quedado expuesto, sumiendo en la perplejidad a científicos, filósofos y ciudadanos en general, pues acontece un choque cultural que altera nuestras cómodas y predecibles maneras de vivir.

Se trata de una realidad distinta, un cambio cultural profundo que implica repensar y reinventar nuestras vidas, tomando conciencia de la responsabilidad que cada uno tiene de cuidarse y de proteger a los demás, colaborando al máximo con nuestros héroes de la salud que están dando sus vidas en esta durísima batalla.

Los retos son múltiples, en vista que la pandemia viene acompañada de corrupción, pugnas políticas, egoísmo, sed de lucro y exclusión social pues, aunque la Covid-19 ataca a cualquiera sin distinción socioeconómica, el acceso a tratamientos de terapia intensiva para los pacientes complicados desenmascara las persistentes desigualdades en el acceso a bienes y servicios de salud para quienes viven en la pobreza.

En este contexto, el compromiso tanto individual como colectivo para sobrevivir y convivir con la pandemia solo puede apuntar hacia un redescubrimiento de los valores de solidaridad, cooperación, fraternidad, beneficencia y tolerancia, pero sobre todo amando al prójimo como a nosotros mismos, tal y como predicó con la palabra y el ejemplo nuestro Señor Jesucristo.

Cabe entonces recordar a Charles Dickens, quien en su _Canción de Navidad_ definió esta época como “el único día, en el largo almanaque del año, en que hombres y mujeres parecen estar de acuerdo para abrir sus corazones libremente y para considerar a los distintos como verdaderos compañeros de viaje en el camino de la tumba y no otra raza de criaturas con destino diferente”.


Es por esto que, en tiempos convulsos, no debemos preguntarnos qué hará la sociedad por nosotros, sino tener claro lo que ética y moralmente nos corresponde a cada uno hacer por el bien común. Siempre podremos ser mejores y esa es nuestra esperanza ¡Feliz Navidad 2020!


Gustavo Alcántara Moreno

Mérida, Venezuela

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